Al evaluar la guerra ruso-ucraniana, puede ser útil ver no lo que Vladimir Putin tiene que ganar, sino lo que tiene que perder al no invadir Ucrania. Para entender esto, tenemos que mirar a la economía rusa. Sin embargo, como la mayoría de las guerras del siglo XXI, todo se reduce al petróleo y al petroestado rusos.
La economía de Rusia se basa en gran medida en su industria de combustibles fósiles y, según Reuters, el 46% de sus ingresos en 2020 provino del sector del gas natural, siendo la mitad de sus exportaciones petróleo y gas. El dominio de Rusia en la industria petrolera se siente particularmente en lugares como Europa. De acuerdo a BBC, el 41 % de las importaciones de gas natural de la UE procedían de Rusia, siendo Alemania el mayor importador. Esta dependencia del petróleo ruso, especialmente la planta de energía más grande del continente europeo, es lo que mantuvo viva la economía rusa, pero Ucrania era una amenaza directa para ella.