Tras los estudios de Siraj y el profesor Loeb, se hizo cada vez más claro que CNEOS 2014-01-08 no se originó en nuestro sistema solar. Esto es bastante diferente del meteorito promedio, que generalmente es un pequeño bloque de roca y hielo de algún lugar de nuestro bolsillo del universo. En cambio, los dos afirmaron que este objeto provenía de otro sistema solar, lo que coloca a CNEOS 2014-01-08 en una categoría de meteoros extremadamente raros llamados meteoros interestelares. Si bien había razones lógicas detrás de la propuesta del dúo de que CNEOS 2014-01-08 tenía orígenes interestelares, lucharon por convencer a la comunidad científica debido a la falta de datos completos.
Lo que complicaba aún más las cosas para los científicos era el hecho de que los únicos datos fiables que probarían de manera convincente los orígenes interestelares del meteorito estaban en posesión del Departamento de Defensa de EE. UU. Por extraño que parezca, la bola de fuego y la explosión provocada por CNEOS el 08-01-2014 fue registrada por un satélite espía estadounidense diseñado para detectar lanzamientos de misiles extranjeros. Llevar estos datos al dominio público con fines de investigación resultó ser un cuello de botella importante en el eventual reconocimiento de CNEOS 2014-01-08 como el primer meteoro interestelar conocido.
La primera indicación de un meteoro que tiene un origen interestelar es su velocidad. Los meteoritos que pasan cerca de la Tierra en órbita alrededor del sol normalmente viajan a velocidades por debajo de las 26 millas por segundo; más alto y el objeto se moverá demasiado rápido para ser capturado por la gravedad del sol. Esto es diferente a cualquier otro objeto en nuestro sistema solar que orbita alrededor del sol debido a su enorme atracción gravitacional. Podrías comparar esto con el concepto de la velocidad de escape de la Tierra, que es qué tan rápido deben lanzarse los cohetes para resistir la atracción gravitacional de la Tierra.