Además del trabajo humanitario y de superación personal de Jewel, también fundó un negocio de joyería con el diseñador Christopher Beaver. Y no, la empresa joyera de Jewel no se llama “Jewel’s Jewels”. En cambio, se llama cancionesrepleto de colgantes, pendientes y anillos, en plata de ley y oro, y adornado con piedras como labradorita y pequeños diamantes.
En 2018, le dijo Forbes, “Solo queríamos probar la idea y ver cuál era la respuesta”. Y desde entonces, la empresa ha crecido directamente al consumidor, con dos puntos de venta exclusivos en Nueva York y Nashville. También vende su trabajo en el “Tour de vacaciones hecho a mano de joyas”, donde su hijo también vende bombas de baño caseras. El espíritu empresarial, al parecer, viene de familia.
Todo combinado, esto demuestra que Jewel nunca se ha ralentizado realmente, y que aunque mantiene un perfil un poco más bajo, Jewel es tan productiva como siempre lo fue en la era de la franela y el grunge.