Aunque muchas personas confunden su intolerancia a la lactosa con una alergia a la leche, en realidad las dos son muy diferentes. De acuerdo a Clínica Mayo, las personas con alergia a la leche tienen una reacción anormal a una o ambas proteínas lácteas, caseína y suero. Comer productos lácteos desencadena una respuesta inmunitaria que puede causar urticaria, hinchazón dentro y alrededor de la boca, dificultad para respirar, malestar gastrointestinal y, en casos graves, anafilaxia e incluso la muerte. La intolerancia a la lactosa, por otro lado, es causada por la incapacidad del cuerpo para digerir el azúcar (lactosa) en los productos lácteos y no involucra al sistema inmunológico. Aunque generalmente es más común en los niños, la alergia a la leche afecta aproximadamente a 4.7 millones de adultos estadounidenses (a través de WebMD).
Debido a que el yogur es un producto lácteo que contiene proteínas de la leche, las personas con alergias a la leche deben evitarlo. WebMD señaló que incluso los yogures de leche de oveja o de cabra probablemente no sean seguros porque sus proteínas son muy similares a las que se encuentran en la leche de vaca. Un 2018 estudio Sin embargo, publicado en The Journal of International Medical Research, encontró que la mitad de los niños con alergias a la leche podían comer yogur sin una reacción inmunológica. Sin embargo, el estudio fue bastante pequeño e involucró solo a 34 participantes.