Mucho después de que las audiencias de 1954 lo despojaran de su autorización de seguridad, J. Robert Oppenheimer todavía tuvo que enfrentar el fantasma de los intensos interrogatorios que terminaron con su carrera. Sin embargo, este fantasma lo perseguía de una forma sorprendente: una obra de teatro.
En la década de 1960, el dramaturgo alemán Heinar Kiphardt escribió “In the Matter of J. Robert Oppenheimer”, que se basó en las transcripciones de dichas audiencias. Oppenheimer señaló muchas de las formas en que la obra distorsionó los hechos de lo que realmente sucedió, como la forma en que describió la reacción de Niels Bohr ante el Proyecto Manhattan y su afirmación de que Oppenheimer tenía serias dudas sobre trabajar en una bomba atómica. De acuerdo a TiempoOppenheimer escribió una carta a Kiphardt amenazándolo con una demanda y escribió que “es posible que haya olvidado Guernica, Dachau, Coventry, Belsen, Varsovia, Dresde y Tokio. Yo no”.
Sin embargo, incluso si no se puede culpar al físico por estar molesto por su representación en una obra de teatro de un momento oscuro de su vida, ¿significa eso que el gran arte aún no puede surgir de él? “In the Matter of J. Robert Oppenheimer” continuó presentándose mucho después de su muerte, con un 2006 Revisión del New York Times afirmando que “los debates a veces parecen fuera de lugar en esta velada de teatro relativamente larga (aproximadamente 2 horas y 45 minutos). Pero, ¿y qué? Es un juego de ideas reales, que plantea preguntas sobre el relativismo moral, los límites de la vigilancia y la decencia humana”.