El momento más frío de la actuación de De Lancie como Q llega al final de “Death Wish”, con Q concediendo el deseo de muerte de Quinn. Con Quinn otorgando la mortalidad después de defender con éxito su caso, Q va un paso más allá y la envenena fatalmente. Después de confesar el asesinato, Q admite que todo el calvario con Quinn le ha dado una perspectiva más amplia de su propia existencia. Más intrigante aún, la muerte de Quinn inspira una sensación de rebelión en Q contra la autoridad del Continuum.
Es una pena que la trama secundaria dividida de Continuum se resuelva tan rápido como finalmente, con Q terminando el conflicto en su próxima aparición en “Voyager”. A pesar de todas sus fanfarronadas sobre la aniquilación de la humanidad, Q matar a uno de sus hermanos de Continuum es tan mortal como parece. En cierto modo, es una fatalidad; Quinn siempre iba a ser un personaje único memorable de “Voyager”. Sin embargo, en el futuro, hasta “Picard”, Q regresa como un bromista alegre, lo que se siente como un paso atrás en su desarrollo. A pesar de lo querido que es el travieso Q, hay algo interesante en su inmersión en la ambigüedad moral, y De Lancie equilibra eso perfectamente en “Death Wish”.