En la década de 1920, los estudios de Hollywood dependían del éxito de exportar sus películas a otros idiomas, lo que era bastante fácil de hacer en la era del cine mudo. Desafortunadamente, con la introducción del sonido surgió un nuevo problema: hacer que las películas fueran accesibles para audiencias que no hablan inglés. En 1931, Universal filmó una versión adicional de “Drácula”, en el mismo escenario que el original de Tod Browning después de que la producción en inglés hubiera terminado ese día, con un elenco completamente diferente de actores de habla hispana. El resultado fue “Drácula”, una fantástica adaptación del material de origen con una encantadora interpretación del líder del campamento de Carlos Villarias. Para los fanáticos que han visto la película Browning/Lugosi una docena de veces, la versión del director George Melford es una experiencia fascinante.
El “Drácula” en español contiene 29 minutos adicionales de metraje, y debido a que el equipo de producción podía ver lo que Browning había estado haciendo durante el día, a menudo cambiaban los ángulos de la cámara o las opciones de iluminación para que fueran diferentes y más audaces. La producción tampoco tuvo que lidiar con las incipientes restricciones de la Oficina Hays, lo que significaba que las mujeres vestían de manera más provocativa que su contraparte inglesa. Durante muchos años se pensó que “Drácula” se había perdido, pero afortunadamente se abrió camino entre las masas y es imprescindible para todos los fanáticos del terror clásico.