La película animada “Beowulf” intentó llevar el antiguo poema épico del mismo nombre, que se cree que fue escrito en el siglo XI, al público del siglo XXI a través de la animación de captura de movimiento. La adaptación de sus 3.000 versos de poesía aliterada fue confiada al creador de “Sandman” Neil Gaiman y al coguionista de “Pulp Fiction” Roger Avary, quienes, junto con el director Robert Zemeckis, la transformaron en una sangrienta película de aventuras y terror. Su enfoque siguió el texto original, a diferencia de “Beowulf” de 1999, que estaba ambientado en el futuro, o producciones europeas como “Beowulf and Grendel”, que solo se centraron en una parte del poema.
El texto original de “Beowulf” gira en torno a las peleas de Beowulf con tres monstruos: el devorador de hombres Grendel, su madre y un dragón. Beowulf (con la voz de Ray Winstone) los encuentra en la película de Zemeckis, aunque sus encuentros resultan diferentes a los del texto: Grendel, generalmente retratado como una criatura parecida a un troll, es más un humanoide deformado (con la voz de Crispin Glover). La madre de Grendel también se renueva, pasando de ser una bruja o un monstruo marino a la reluciente forma desnuda de Angelina Jolie.
El dragón es impresionante, pero también es una diversión: es producto de la seducción de Beowulf por parte de la madre de Grendel y subraya la principal diferencia en la película. El guión de Gaiman y Avary intenta actualizar el material con detalles de personajes para el siglo XXI: Beowulf es un tirano lujurioso y jactancioso, el rey danés Hrothgar (con la voz de Anthony Hopkins) es el padre secreto de Grendel, y a la madre de Grendel se le permite vivir para continuarlo línea de monstruos (y establecer un seguimiento). Esos toques no ayudaron a llevar a “Beowulf” al público moderno: la película solo recaudó $196 millones con un presupuesto de $150 millones.