En su cuarta salida, “Fast & Furious” de 2009, la serie volvió a sus raíces criminales y de carreras callejeras, reuniendo a Dom de Vin Diesel y Brian de Paul Walker para una aventura completamente nueva. Luego, cuando se lanzó “Fast Five” de 2011, la franquicia renació gracias a una serie de atracos prolongados y nuevos miembros del elenco que ayudaron a reconstruir la serie en algo más grande y mejor. Dwayne Johnson fue uno de esos actores, y su personaje Luke Hobbs presentó nuevas oportunidades para el equipo de Toretto que los tuvo compitiendo durante años.
De hecho, Hobbs es el tipo que elimina al antagonista de “Fast Five”, Hernán Reyes (Joaquim de Almeida), convirtiéndolo en la estrella de este episodio. Así que traer de vuelta a The Rock para “Fast X”, en sí mismo una continuación directa de “Fast Five”, solo tiene sentido. Mientras que Dante Reyes de Jason Momoa planea destruir a quienes mataron a su padre, “Fast X” pone en peligro a la mayoría de nuestros héroes y revela que Hobbs también es un objetivo. Tiene sentido, considerando que él fue quien asestó el golpe mortal al anciano Reyes.
Independientemente de la forma de la undécima entrega, los eventos de “Fast Five”, considerado uno de los mejores de la franquicia, continúan impulsando la trama general de la serie. Al traer de vuelta a Hobbs, muestra que los cineastas detrás del final de varias partes esperan honrar la franquicia en su esencia, dando a cada personaje su debida diligencia. Esperamos que regresen más rostros familiares para “Fast & Furious 11”.