Después de que la Tierra atraviesa la cola de un cometa, objetos aleatorios cobran vida y atacan. Pero ese no es el truco de “Maximum Overdrive” de Stephen King. Pronto, los camiones con remolque cobran vida y causan estragos en una parada de camiones en las afueras de Wilmington, Carolina del Norte. Bill (Emilio Estévez), un desafortunado cocinero y ex convicto, lidera el elenco, que se encuentra atrapado dentro.
King, quien escribió y dirigió la película, vacila entre la realidad fundamentada y la fantasía exagerada. Día y noche, los semirremolques dan vueltas como buitres, decididos a derrocar a la civilización tal como la conocemos. Eventualmente, se quedan sin gasolina y amenazan al grupo si no llenan sus tanques. La situación se vuelve cada vez más grave y Bill trama un plan usando granadas para hacer estallar un camión de plataforma (equipado con una ametralladora). También sugiere que el grupo escape a una isla cercana. Con algo de ingenio (y simplemente suerte), Bill logra llevar al grupo a un lugar seguro y navegar hacia el horizonte. Mientras tanto, los camiones derriban la parada de camiones.
“Maximum Overdrive” a menudo juega demasiado seguro. Podría haber sido mucho más extraño, pero ciertamente es una locura por sí solo. Incluso hay un camión adornado con una máscara de duende verde con penetrantes ojos rojos. Es simplemente ridículo, y hace que la película sea bastante aterradora.