Si bien Orange Is the New Black es a menudo más ligero y divertido de lo que cabría esperar dado el entorno carcelario del programa, nunca rehuye lidiar con las realidades profundamente desagradables del encarcelamiento y el sexismo. Siguiendo a un grupo de mujeres encarceladas en un centro penitenciario para mujeres, el programa muestra las diversas intersecciones de raza, clase, género y sexualidad. En la temporada 3, una disputa encuentra a Sophia, una mujer trans, enviada a confinamiento solitario aparentemente para su propia protección después de un ataque violento.
La actriz Laverne Cox, quien también es transgénero, admitió que si bien era importante presentar la historia, fue profundamente conmovedor para la película. “Cuando leí este episodio, estaba llorando”, recordó. “Grité para leerlo porque me disparó profundamente… Como personas trans de color, hay tantas capas diferentes. Así que el trauma fue muy real y crudo para mí”.