Para muchos adultos, la alegría de las fiestas se ve ensombrecida por el estrés, la ansiedad e incluso la depresión. Anhelamos los días de la infancia cuando la temporada era un momento mágico, antes de asumir los cuidados y responsabilidades que tenemos ahora. En “The Polar Express”, la historia de Hero Boy es tan identificable porque recordamos cómo era cuando perdimos por primera vez el asombro y la emoción infantiles de creer en lo invisible. Sin embargo, al final de la película, la fe del niño se restaura y continúa creyendo incluso hasta la edad adulta.
Una frase de la película que aparece varias veces es “Ver para creer”. Más tarde, el conductor completa la cita, tomada directamente del material original, que dice: “Ver para creer, pero a veces las cosas más reales del mundo son aquellas que no podemos ver”. La cita se refiere a la idea de la fe, un concepto que les resulta tan fácil a los niños pero que puede volverse casi imposible para los adultos. Cuando el niño héroe conoce a Santa Claus y recibe el primer regalo de Navidad, Santa Claus le recuerda al niño que “el verdadero espíritu de la Navidad está en tu corazón”.
Parece fácil para el niño héroe seguir creyendo en la magia de la temporada navideña, incluso en la vejez, debido a todo lo que presenció cuando era niño. Fácilmente podría haber descartado la experiencia como un sueño y perdido la capacidad de escuchar la campana como todos los demás. En cambio, recordó las palabras de Santa y las tomó en serio. Por el contrario, “The Polar Express” nos enseña que, aunque todos envejecemos, la sensación mágica que tenemos en las vacaciones aún puede conservarse en nuestros corazones, si creemos en ello.