La antología American Horror Story de Ryan Murphy hace un trabajo increíble al mostrar la humanidad de los monstruos en la superficie y los monstruos que se esconden detrás de rostros humanos. En muchos sentidos, Twisty the Clown, villano de Freak Show, la cuarta entrega de la serie, encarna ambas dinámicas.
Érase una vez, Twisty era un payaso querido en el Carnaval itinerante de Rusty Westchester que deleitaba a los niños de todo el mundo con sus travesuras. Pero sus colegas estaban celosos de su éxito y lo sabotearon difundiendo el rumor de que en realidad era un abusador de niños. Todo lo que siempre quiso fue ser payaso, y una vez que las mentiras sobre él se arraigaron, sus días en el circo terminaron. Intentó suicidarse con una escopeta, pero solo logró arrancarle la mandíbula.
Extrañamente revitalizado por sobrevivir, Twisty se puso una prótesis facial y decidió que si la gente quería pensar en él como un monstruo, se convertiría en uno. Lo cual hace, secuestrando y matando niños, un acto que dice que los “salva” de sus familias. Su figura corpulenta y su rostro grotesco, con y sin máscara, son pesadillas, pero sus acciones logran ser peores.