Asar champiñones puede ser complicado: si no lo haces bien, puedes terminar con un desastre decepcionante. Pero con la técnica correcta, siempre puedes obtener champiñones perfectamente asados. La clave es drenar los jugos a la mitad del asado. Los champiñones tienen un contenido de agua notoriamente alto, y si los arrojas a una olla y los dejas en el horno, la humedad que desprenden hará que se cocinen al vapor en lugar de asarlos.
¿La solución? Escurra cualquier jugo que se haya acumulado en el fondo de la sartén después de los primeros 10 o 20 minutos en el horno, y aumentará la textura crujiente además de reducir el tiempo de cocción (a través de realmente simple). Pero no olvide guardar los jugos: se pueden reutilizar en sopas, salsas y guisos para darle más sabor.