El Dr. Kogan dice que aunque el estrés se desarrolla a través de las circunstancias de nuestra vida, nuestros síntomas físicos de estrés contribuyen a nuestra falta de productividad. “Es útil señalar que el estrés activa el sistema nervioso simpático, lo que provoca una serie de cambios fisiológicos en el cuerpo”, dice. “Esto, a su vez, puede afectar nuestras capacidades cognitivas, cómo nos sentimos físicamente y cómo dormimos”.
Debido a que la respuesta al estrés se apodera de nuestra capacidad de pensar, puede conducir a una falta de atención y concentración. También nos distraemos más fácilmente, lo que puede afectar nuestra memoria y la toma de decisiones. También vemos que el estrés se manifiesta como dolores de cabeza, dolores musculares, opresión en el pecho o dificultad para respirar. El estrés puede afectar nuestro sistema digestivo. Cuando nuestro cuerpo físico no se siente bien, se nos hace difícil trabajar.
El estrés también afecta nuestros patrones de sueño. Voltear nuestras almohadas varias veces cada noche nos hace más lentos durante el día. Cuando nuestro cerebro está privado de sueño, nuestro cuerpo exige más cortisol durante el día para mantenernos en marcha, lo que genera más estrés en nuestro sistema.
“Como puede ver, el estrés elevado puede obstaculizar nuestra capacidad de sentirnos llenos de energía y enfocados para ser productivos y sentirnos bien con nuestros logros de muchas maneras”, dice el Dr. Kogan.