Si compra trozos de pollo con los huesos, la grasa y el cartílago, es posible que tenga la tentación de enjuagar la carne antes de comenzar su receta. Los chefs caseros de todo el mundo tienen sus razones para hacer esto: algunos piensan que es sucio no lavar la carne, mientras que otros lo hacen por costumbre. Sin embargo, en general, lavar el pollo lo pone en mayor riesgo de intoxicación alimentaria, según la Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Lavar el pollo puede esparcir los líquidos de la carne cruda a otras partes de la cocina, como el fregadero, los mostradores y las tablas de cortar, lo que representa un riesgo de contaminación cruzada. El pollo es una de esas proteínas que necesita estar bien preparada, de lo contrario puede enfermarte fácilmente. Es mejor omitir el enjuague por completo, especialmente con los muslos de pollo con piel, ya que puede separar la carne de esa cubierta protectora exterior.
Siempre que se asegure de que su pollo esté cocinado a la temperatura correcta, matará cualquier bacteria en la carne y le dará una comida terminada que es segura para comer.