La mayoría de los vinos son translúcidos y brillan a la luz. Algunos vinos, sin embargo, están destinados a ser opacos. Los enólogos pueden optar por no filtrar sus vinos por elección estilística. Dicho esto, la mayoría de los vinos deben ser claros, brillantes y translúcidos. Cuando está nublado, es probable que algo ande mal, una señal de que el vino se ha echado a perder. Las burbujas hacen que el vino espumoso sea delicioso, pero cuando un vino de mesa tiene burbujas, es un error, porque locura del vino. Las burbujas indican fermentación incompleta y azúcar residual en el vino. En tales casos, el asentamiento puede ayudar.
En resumen, si el vino se ve turbio, opaco o amarronado, es malo o viejo. Si hay escombros flotando en él, probablemente solo sea viejo, pero podría ser malo. Busque un olor a humedad, perro mojado, periódico mojado, azufre, esmalte de uñas, huevo podrido o olor a corral en su vino para determinar si se ha echado a perder. Si el vino es demasiado agrio, picante, oxidado cuando es joven o tiene burbujas cuando no debería, probablemente también sea malo. Guarde estas experiencias en su base de datos de memoria de vino y sabrá inmediatamente cuando tenga un mal vino.