Con su rico sabor a mantequilla, el rib eye es uno de los cortes más populares entre los amantes de la carne de res; tan popular y delicioso que también se conoce como “filete de belleza” (a través de revolución de la carne). Ribeye proviene de un músculo largo llamado longissimus dorsi, que va desde la cadera de la vaca hasta su hombro, y como no se usa tanto como otros músculos, es más tierno, pero también contiene una buena cantidad de grasa. Todo esto significa que el chuletón tiene un marmoleado maravilloso (las motas de grasa blanca que se ven en la superficie) y una textura suave.
Como si todas estas cualidades no fueran suficientes, el rib eye se puede cocinar con bastante rapidez, lo que lo convierte en un excelente candidato para la freidora, haciéndolo agradable y tierno. Dicho esto, hay un problema: cuando se cocina con hueso, puede ser un poco más duro, aunque el hueso agrega más humedad y sabor. Sin embargo, si eres un principiante, está perfectamente bien cocinar una costilla deshuesada en la freidora y agregar más dificultad a tu juego más adelante.
Al ser un corte tan naturalmente sabroso, el rib eye requiere condimentos simples. Después de preparar la carne, colóquela en la freidora, precalentada a 400 grados, y cocine hasta el punto de cocción deseado (15 minutos deberían ser suficientes para una cocción medianamente buena, según freír al aire). Después de dejarlo reposar unos minutos, añade un toque de rica mantequilla y disfruta de tu creación.