De acuerdo a Salud de la Universidad de Michigan (UMH), “un espolón óseo (osteofito) es un crecimiento óseo formado en el hueso normal”. Al contrario de lo que sugiere su nombre, los espolones óseos no suelen ser afilados, sino que suelen ser lisos. Como explica la UMH, “un espolón óseo se forma cuando el cuerpo intenta repararse a sí mismo mediante la construcción de hueso extra. Por lo general, se forma en respuesta a una presión, fricción o estrés continuos durante un período prolongado”. Los espolones óseos no son naturalmente dolorosos, pero el exceso de hueso puede rozar otros huesos, tendones, ligamentos o nervios, causando daño a estas estructuras y dolor.
Junto con las manos, las caderas, las rodillas, los pies y la columna vertebral, los hombros son uno de los lugares más comunes donde se forman los espolones óseos. Una vez más, la asombrosa movilidad de la articulación del hombro también es una desventaja. Con el tiempo, a medida que los tendones del manguito de los rotadores se mueven a través del estrecho espacio entre los huesos del hombro, pueden rozar los huesos y causar la formación de espolones óseos. Estos espolones óseos pellizcan los tendones del manguito de los rotadores, lo que provoca irritación, inflamación, rigidez, debilidad y dolor. En casos severos, los espolones óseos pueden incluso desgarrar los tendones. Los espolones del hueso del hombro son comunes en las personas mayores y en aquellas que someten sus hombros a estrés frecuente debido a su profesión o pasatiempos.
Si los espolones del hueso del hombro rozan otras estructuras del hombro y causan dolor, las opciones de tratamiento incluyen ultrasonido, masaje de tejido profundo, antiinflamatorios y fisioterapia. En algunos casos, los espolones óseos se extirpan quirúrgicamente.