El presidente bielorruso dijo que su país debe involucrarse en las conversaciones y que no puede haber un acuerdo “a espaldas de Bielorrusia”.
El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, ha dicho que su país debe participar en las negociaciones para resolver la guerra en Ucrania y espera hablar con el presidente ruso, Vladimir Putin, en los próximos días.
“No puede haber acuerdos separados a espaldas de Bielorrusia”, dijo Lukashenko el jueves a la agencia de noticias estatal bielorrusa Belta.
“Dado que nos han arrastrado a esto, principalmente a países occidentales, la posición de Bielorrusia naturalmente debe ser escuchada durante estas negociaciones”.
Lukashenko optó repetidamente por utilizar la palabra “guerra”, un término prohibido por Moscú, durante una reunión con sus funcionarios de seguridad.
El ministro de Relaciones Exteriores, Vladimir Makei, fue más allá y dijo que el propio Lukashenko “debe participar en la [final] Reunir”.
Rusia envió decenas de miles de tropas a Ucrania el 24 de febrero desde territorio ruso y bielorruso en lo que llamó una “operación militar especial” destinada a desmilitarizar y “desnazificar” a su vecino.
Ucrania y los gobiernos occidentales rechazan esto como un falso pretexto para una guerra de agresión que ha obligado a más de 10 millones de personas a abandonar sus hogares y ha destruido pueblos y aldeas.
Las autoridades ucranianas dicen que miles de civiles han resultado muertos y heridos.
Lukashenko ha dicho que las fuerzas armadas bielorrusas no participan ni participarán en el conflicto, y afirmó el jueves que Bielorrusia había sido calificada injustamente de “cómplice del agresor”.
Sin embargo, la Unión Europea, Estados Unidos y otros han incluido a Bielorrusia en las amplias sanciones impuestas a Rusia.
“No necesitamos esta guerra”, dijo Belta, citando a Lukashenko. “Porque debido a este conflicto entre dos pueblos eslavos, somos los que tenemos más probabilidades de sufrir”.
Se quejó de que Minsk no participa en las rondas de conversaciones de paz entre las delegaciones de Kiev y Moscú, que se llevaron a cabo en Bielorrusia y Estambul.
Bielorrusia ha permitido que las tropas rusas utilicen el país fronterizo con Ucrania como base de retaguardia y ha organizado tres rondas de conversaciones de paz cerca de la frontera con Ucrania.
Lukashenko se quejó de que las conversaciones del mes pasado en Estambul fueron el resultado de “la presión occidental sobre Ucrania, para que no vaya a Bielorrusia a toda costa”.
Sin embargo, dijo que Bielorrusia no insistía en que se llevaran a cabo conversaciones en su territorio.
“Que celebren conversaciones allí. Lo principal es que hay un resultado. Porque, repito, la guerra está causando un gran daño a Bielorrusia.
Aunque Bielorrusia ahora depende en gran medida de Rusia para el apoyo económico y militar, Lukashenko en ocasiones en el pasado trató de distanciarse de Moscú a favor de mejores relaciones con la UE.
En 2020, el Kremlin ayudó a Lukashenko a reprimir por la fuerza las protestas masivas a favor de la democracia alegando fraude en una elección que le dio un sexto mandato consecutivo como presidente y a aplastar a lo que quedaba de la oposición política bielorrusa.