Rusia ha desatado una ola de ataques contra Ucrania, apuntando a instalaciones de combustible y aeródromos en lo que parece ser la siguiente fase de una invasión que ha sido estancada por una feroz resistencia.
Enormes explosiones iluminaron el cielo la madrugada del domingo al sur de la capital, Kiev, donde la gente se refugió en casas, garajes subterráneos y estaciones de metro y el gobierno mantuvo un toque de queda de 39 horas en previsión de un ataque a gran escala de las fuerzas rusas.
Las llamas se elevaron hacia el cielo antes del amanecer desde un depósito de petróleo cerca de una base aérea en Vasylkiv, cerca de Kiev, donde hubo intensos combates, según el alcalde de la ciudad. La oficina del presidente Volodymyr Zelenskyy dijo que se produjo otra explosión en el aeropuerto civil de Zhuliany.
La oficina de Zelenskyy también dijo que las fuerzas rusas volaron un gasoducto en Kharkiv, la segunda ciudad más grande del país, lo que llevó al gobierno a advertir a las personas que se protegieran del humo cubriendo sus ventanas con un paño húmedo o una gasa.
“Lucharemos todo el tiempo que sea necesario para liberar a nuestro país”, dijo Zelenskyy.
Se espera que el toque de queda en Kiev dure hasta el lunes por la mañana. La relativa calma de la capital fue perturbada esporádicamente por disparos.
Los separatistas respaldados por Rusia en la provincia oriental de Lugansk dijeron que un misil ucraniano hizo estallar una terminal petrolera en la ciudad de Rovenky.
(Al Yazira)
Más de 150.000 ucranianos han huido a Polonia, Moldavia y otros países vecinos, y Naciones Unidas advirtió que la cifra podría aumentar a cuatro millones si se intensifican los enfrentamientos.
El presidente ruso, Vladimir Putin, no ha revelado su objetivo final, pero los funcionarios occidentales creen que está decidido a derrocar al gobierno ucraniano y reemplazarlo con su propio régimen, redibujar el mapa de Europa y revivir la influencia de Moscú durante la era de la Guerra Fría.
Para ayudar a Ucrania a resistir, Estados Unidos prometió 350 millones de dólares adicionales en ayuda militar, incluidas armas antitanques, chalecos antibalas y armas pequeñas. Alemania dijo que enviaría misiles antitanques y armas al asediado país y cerraría su espacio aéreo a los aviones rusos.
Mientras tanto, la Unión Europea, el Reino Unido y Estados Unidos acordaron bloquear a bancos rusos “seleccionados” del sistema global de mensajería financiera SWIFT, que transfiere dinero entre bancos y otras instituciones de todo el mundo, como parte de una nueva ronda de sanciones destinadas a cobrar un alto precio a Moscú por la invasión. También acordaron imponer “medidas restrictivas” al banco central de Rusia.
No está claro cuánto territorio tomaron las fuerzas rusas o cuánto de su avance fue bloqueado. El Ministerio de Defensa británico dijo: “La velocidad del avance ruso se ha ralentizado temporalmente, probablemente debido a las graves dificultades logísticas y la fuerte resistencia ucraniana”.
Los combates en las afueras de la ciudad sugerían que pequeñas unidades rusas intentaban abrir camino a las fuerzas principales. Se informó que pequeños grupos de tropas rusas estaban dentro de Kiev, pero Gran Bretaña y Estados Unidos dijeron que el grueso de las fuerzas estaba a 30 kilómetros (19 millas) del centro de la ciudad el sábado después del mediodía.
Rusia dice que su asalto a Ucrania desde el norte, el este y el sur está dirigido solo a objetivos militares, pero se han alcanzado puentes, escuelas y barrios residenciales.
El ministro de salud de Ucrania anunció el sábado que 198 personas, incluidos tres niños, habían muerto y más de 1.000 resultaron heridas. No estaba claro si estas cifras incluían bajas militares y civiles.
La embajadora de Ucrania en Estados Unidos, Oksana Markarova, dijo que las tropas en Kiev estaban luchando contra los “grupos de sabotaje” rusos. Según Ucrania, unos 200 soldados rusos fueron capturados y miles asesinados.
Markarova dijo que Ucrania estaba reuniendo evidencia de bombardeos de áreas residenciales, jardines de infancia y hospitales para presentarlos a La Haya como posibles crímenes contra la humanidad.
Putin envió tropas a Ucrania después de negar durante semanas que tuviera la intención de hacerlo, mientras acumulaba una fuerza de casi 200.000 soldados a lo largo de las fronteras de los países.
Afirma que Occidente no ha tomado en serio las preocupaciones de seguridad de Rusia sobre la OTAN, la alianza militar occidental a la que Ucrania aspira a unirse. Pero también expresó su desprecio por el derecho de Ucrania a existir como estado independiente.