Las tropas rusas se dirigieron a la capital ucraniana el sábado después de una noche de explosiones y enfrentamientos callejeros que obligaron a los residentes de Kiev a buscar refugio bajo tierra.
El presidente del país, Volodymyr Zelenskyy, rechazó una oferta estadounidense de evacuación e insistió en que se quedaría. “La pelea está aquí”, dijo.
No estaba claro de inmediato hasta dónde habían avanzado las tropas rusas. Las autoridades ucranianas informaron haber logrado repeler los ataques, pero los combates persistieron cerca de la capital. Las escaramuzas reportadas en las afueras de la ciudad sugirieron que pequeñas unidades rusas estaban investigando las defensas ucranianas para despejar el camino a las fuerzas principales.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, dijo que un misil alcanzó un edificio alto en las afueras del suroeste de la ciudad. Publicó una imagen que mostraba un enorme agujero en un lado del edificio que atravesaba apartamentos en varios pisos. No hubo información sobre las víctimas.
Los enfrentamientos callejeros del sábado siguieron a dos días de ataques aéreos y con misiles masivos que, según funcionarios rusos, se dirigieron a instalaciones militares ucranianas cuando sus tropas terrestres llegaron desde el norte, el este y el sur. El asalto destruyó puentes, escuelas y edificios de apartamentos y cobró cientos de vidas.
El ministro de salud de Ucrania anunció el sábado que 198 personas han muerto y más de 1.000 han resultado heridas desde que comenzó la invasión rusa el jueves.
El ministro de Salud, Viktor Liashko, dijo que el número de muertos incluía a tres niños. Su declaración no dijo si los números incluían tanto al personal militar como a los civiles.