Las Voyager 1 y 2 detectaron algo más allá del borde de nuestro Sistema Solar


Astronomía

Hace 21 horas

Prieto Payano

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3 minutos de lectura

Las Voyager 1 y 2 detectaron algo más allá del borde de nuestro Sistema Solar
Imagen ilustrativa

Las sondas Voyager 1 y 2 captaron señales de un objeto o fenómeno más allá del límite de nuestro Sistema Solar.

Desde su lanzamiento hace más de 45 años, las sondas espaciales Voyager 1 y 2 han realizado numerosas investigaciones y descubierto información valiosa sobre el sistema solar. Después de visitar cuatro planetas lejanos y tomar imágenes detalladas, las sondas viajaron más allá del sistema solar, ingresando en el espacio interestelar. Allí, los equipos de las naves han estado funcionando adecuadamente, superando los desafíos del ambiente espacial y permitiendo la recopilación de datos sobre la galaxia.

Recientemente, la Voyager 1 ha enviado datos que han desconcertado a los científicos, revelando la detección de un muro de fuego que podría haberse interpuesto en el camino de la nave. Aunque esto parecería imposible en la Tierra, las sondas se han encontrado con obstáculos de este tipo en el espacio.

¿Cómo las sondas Voyager han logrado sobrevivir en el ambiente hostil del espacio interestelar durante tanto tiempo? Gracias a un excelente nivel de protección que incluye aislamiento térmico multicapa, escudos térmicos y revestimientos de plástico. A pesar de la simplicidad de algunos de estos elementos, como las tiras de papel de aluminio que se pegaron a los cables como protección contra la radiación antes del lanzamiento, el esfuerzo y las personas involucradas en el desarrollo y ejecución del proyecto son impresionantes. De hecho, la construcción de las sondas Voyager ha requerido aproximadamente 11.000 años-persona, lo que equivale a un tercio del esfuerzo utilizado para construir la Gran Pirámide de Giza.

Después de visitar los planetas Júpiter, Saturno, Neptuno y Urano, las sondas Voyager tomaron muchas imágenes impresionantes, incluyendo el icónico “punto azul pálido” y erupciones volcánicas en Júpiter. Algunas imágenes menos conocidas pero igualmente impresionantes incluyen un tetraedro de la Tierra y la Luna capturado por la Voyager 1 y el borde del disco de Titán, el mayor satélite de Saturno, capturado por la Voyager 2.

Una vez que las sondas alcanzaron el borde del sistema solar, apagaron algunas de sus cámaras y otros dispositivos para ahorrar energía, aunque pudieron seguir enviando datos a la Tierra. Finalmente, las sondas ingresaron a la región de la heliopausa, donde se iguala la presión del viento solar y del plasma interestelar. Allí, las sondas hicieron descubrimientos sorprendentes, incluyendo la detección de un campo magnético galáctico inclinado hacia el campo magnético solar y una densidad de partículas diez veces mayor que en el viento solar. Además, se detectó un suave susurro de lluvia acompañando todo el viaje de las sondas en el espacio interestelar.

Las sondas Voyager 1 y 2 han sido un gran éxito en la exploración del espacio y la recopilación de datos valiosos. A pesar de los desafíos del ambiente espacial, las sondas Voyager han superado todas las expectativas y han continuado operando durante décadas. Han proporcionado información valiosa sobre el sistema solar y han ayudado a los científicos a comprender mejor el universo en general.

Además, las sondas Voyager han sido una especie de embajadores de la humanidad. Ambas llevan a bordo el disco dorado de las Voyager, que contiene sonidos e imágenes que representan la diversidad de la vida en la Tierra. Este disco es una forma de comunicación interestelar, en caso de que alguna civilización extraterrestre lo encuentre algún día.

Las Voyager también han sido un ejemplo de colaboración internacional. Las misiones fueron llevadas a cabo por la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), y han involucrado a científicos de todo el mundo. La colaboración ha permitido a los científicos obtener una comprensión más completa del sistema solar y ha sido un ejemplo de cómo la cooperación internacional puede ser beneficiosa en la exploración espacial.

En resumen, las sondas Voyager han sido una hazaña increíble de la ingeniería y la exploración espacial. Han proporcionado información valiosa sobre el sistema solar y han sido una forma de representar a la humanidad en el espacio.

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