
Créditos Nicoletta Barolini – Universidad de Columbia
Las personas que luchan contra la obesidad pueden preguntarse que, con todos los milagros médicos que ha producido la tecnología moderna, ¿cómo es que no existe una forma más segura de deshacerse del exceso de grasa corporal?
Bueno, los investigadores de la Universidad de Columbia han descubierto que un nanomaterial cargado positivamente llamado P-G3 interactúa con células grasas cargadas negativamente en ratones obesos, lo que podría abrir la puerta a una eliminación precisa y no invasiva de grasa corporal.
Debido a que las células grasas (adipocitos) toman energía en forma de grasas almacenadas, llamadas lípidos, los cambios genéticos hacen que se comporten como obesos crónicos y no como una célula grasa en una persona de peso normal.
Revertir estos cambios es el enfoque del experimento de los investigadores de Columbia. Al descubrir que la estructura externa de la célula estaba cargada negativamente, pensaron que podría actuar como portador de su nanomaterial P-G3, pero se sorprendieron al descubrir que actuaba sobre la célula al interrumpir las funciones de almacenamiento de lípidos de los adipocitos.
Sin embargo, esto no interfirió con las otras funciones celulares. En los ratones que recibieron las inyecciones de P-G3, sus células grasas se revirtieron a células grasas metabólicamente más sanas, del tipo que podría encontrar en infantes o atletas.
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“Con P-G3, las células grasas aún pueden ser células grasas, pero no pueden crecer”, dijo el autor del estudio, Kam Leong. “Nuestros estudios destacan una estrategia inesperada para tratar la adiposidad visceral y sugieren una nueva dirección en la exploración de nanomateriales catiónicos para el tratamiento de enfermedades metabólicas”.
El autor principal, Lei Qiang, cree que ha encontrado el “secreto” para enfocarse en la grasa de una manera específica en lugares específicos, afirmando en un comunicado de prensa que “ahora podemos reducir la grasa de una manera específica para el almacenamiento, donde queramos y de manera segura sin destruyendo las células grasas. Este es un gran avance en el tratamiento de la obesidad.
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El trabajo de Qiang et al se publicó en dos artículos: el primero se centró en la grasa subcutánea que se encuentra debajo de los tejidos de la piel y produce brazos flácidos, y la grasa visceral que produce vientres. según la prensa universitaria.
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