Con la llegada del verano muchos nos hemos puesto a hacer esto viajar de nuevo por el trabajo y el ocio, y todavía estamos experimentando los efectos frustrantes del desfase horario. Viajar fuera de nuestra zona horaria habitual puede ser desorientador, mientras que el estrés del viaje ejerce presión sobre nuestra salud, pero algunas medidas preventivas pueden ayudar a que la transición sea más fácil.
Hidratar
La deshidratación exacerba los síntomas del desfase horario, mientras que el aire seco de la cabina nos seca aún más. Lucha contra el jet lag cerca hidratante mucho antes, durante y después del vuelo.
salir al sol
La luz del sol es un regulador principal de los ritmos circadianos, por lo que si bien puede ser tentador tratar de dormir lejos del desfase horario, exponerse al sol en realidad ayudará a que su sistema se regule más rápidamente.
Haz un esfuerzo por adaptarte
Puede ser tentador quedarse dormido tan pronto como aterrizas en un nuevo destino, pero debes limitar las siestas a 30 minutos y tratar de obligarte a adaptarte a la zona horaria local acostándote y despertándote cuando estés en casa.
Deja la cafeína y el alcohol.
Cafeína y el alcohol deshidratan, por lo que evitarlos en vuelo te ayudará a mantenerte hidratado y sentirte mejor una vez que aterrices.
comer probióticos
Las bacterias en nuestro intestino en realidad pueden verse afectadas por los vuelos, por lo que tomar probióticos o comer alimentos ricos en probióticos, como kimchi y tempeh, en las dos semanas previas a su viaje ayudará a estimular su sistema inmunológico y aliviar el desfase horario.
consumir magnesio
La mayoría de nosotros asociamos el desfase horario con la sensación de cansancio, pero también puede causar calambres debido a la mala circulación, la deshidratación y la deficiencia de magnesio. Preparar un snack rico en magnesio como almendras, semillas o germen de trigo ayudará a evitar este efecto secundario negativo de volar.