El perro seguía triste a pesar de haber sido rescatado, la mirada perdida en el espacio.
Dora (YouTube – El aullido de un perro)
Muchos animales se encuentran en situaciones a las que no están acostumbrados o en las que no viven situaciones errantes durante mucho tiempo. Para echar una mano a estas cuatro patas, son las numerosas asociaciones y voluntarios los que recogen perros de la calle y luego los llevan a albergues o perreras. Si bien no es una familia amorosa, en estos lugares pueden recibir alimentos y momentos de esparcimiento mientras esperan la llegada del predestinado.
El perro sigue triste incluso después de ser rescatado
Cuando un perro termina en el refugio, pueden pasar algunos días o semanas antes de que encuentre una familia para siempre. Otras veces, sin embargo, tardan meses o incluso años. Un dulce Perro callejerocuando fue rescatada y llevada al albergue, seguía triste a pesar del cariño y los cuidados que recibía.
Refugio de Dora (YouTube – Aullido de un perro)
Los voluntarios no podían entender qué le molestaba a la perra, que se comportaba como si hubiera perdido las ganas de vivir. Nadie sabía sobre su pasado y por qué se veía perpetuamente triste y desanimada, pero a toda costa querían intentar hacerla feliz y trabajaron muy duro para tener éxito. Se llama Dora y es de raza mixta. El cachorro fue llevado a la perrera por voluntarios de Howl Of A Dog y, a pesar de que se le dio comida segura y una dosis de mimos todos los días, su expresión triste no ha cambiado. Sólo Dora sabía cómo había vivido hasta ahora y por qué había perdido la confianza en el hombre, se había puesto triste y deprimido.
El nuevo hogar de Dora (YouTube – Howl of a Dog)
A pesar de esto, los voluntarios continuaron participar e interactuar con el perro para ganar su confianza. Seguía caminando con la cabeza gacha, la espalda inclinada y el rabo entre las piernas, mirando al vacío. No hubo nada que la estimulara hasta que después de dos semanas, algo cambió. La dedicación de los voluntarios de la perrera estaba dando sus frutos y la actitud del perro estaba empezando a cambiar. Su cola y cabeza se levantaron más alto, mientras que su rostro se iluminó, como si ahora se pudiera ver una sonrisa. Dora encontró entonces la verdadera felicidad gracias a una familia que solicitó la adopción. Este evento cambió su vida y finalmente encontró a alguien que la amaría para siempre.