Aunque la reina Isabel II ya no existe, muchos aún aman a sus perros y llegan malas noticias desde el Palacio Real.
Corgi con Regina (Facebook – Edición interior)
Después de la muerte de la reina Isabel II, muchos se preocuparon por el destino de sus queridas mascotas. Cuidando al Corgi reinante está Sarah Ferguson, ex esposa del Príncipe Andrew. Casi un año después de su desaparición, los perros habían empezado a no “llorar”, pero ahora el problema es otro.
La causa por la que sufren: actualizaciones sobre los perros de la reina Isabel
Buen amor corgi Sarah Ferguson, que era muy aficionada a los perros de la reina, había pasado al cuidado del difunto soberano. Recientemente, la noticia de que los amigos de cuatro patas no están bien ha preocupado a los fanáticos de la familia real.
Queen’s Corgi (Facebook – Edición interior)
De hecho, parecería que los Corgis Muick y Sandy están bajo estrés constante y no tienen mucho tiempo para pasear. Sin embargo, el razonamiento está completamente justificado, ya que Sarah Ferguson fue hospitalizada recientemente con cáncer de mama. La enfermedad la obligó a someterse a tratamientos intensivos de quimioterapia durante varios días, y al volver a casa tuvo que hacer reposo absoluto, por consejo de los médicos, para recuperar fuerzas. Muick y Sany, una vez más, se encontraron ante un cambio en sus hábitos diarios, aunque de forma temporal.
Sin poder moverse libremente debido a la enfermedad, Sarah Ferguson ya había confiado a los medios durante algún tiempo que ya no sacaba a pasear a sus queridos Corgis. Esta situación habría provocado un aumento de estrés en perros, muestran síntomas nunca antes vistos en ejemplares sanos. La falta de juego, actividades al aire libre y una rutina activa comprometen su salud.
Corgi en el funeral (Facebook – Inside Edition)
La propia Sarah revela la noticia de que los Queen’s Corgis no la están pasando bien en su podcast “Tea Talks, the Duchess and Sarah”. Aclara que Muick y Sany siempre han estado acostumbrados a salir a menudo de sus casas para pasear y jugar, por lo que este período es especialmente difícil de afrontar.