Investigaciones recientes han demostrado que a los gatos les gustan los que no les gustan. Descubramos en el siguiente artículo el motivo de esta afirmación.
(Imagen Pexels)
Las personas que comparten su vida con un felino se dividen en dos grupos: las que reciben la consideración de su gato y las que son ignoradas.
Sin embargo, según un estudio reciente, podría ser nuestra “culpa” por qué nuestro amigo de cuatro patas no nos considera. De hecho, los investigadores afirman que los gatos aman a los que no los aman. Veamos juntos por qué.
Los gatos aman a los que no los aman
Quienes aman a los felinos tienden a acariciarlos, mimarlos, sin embargo a diferencia de los perros, estas son atenciones que muchas veces pueden irritar al felino.
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Según algunos investigadores, es precisamente el comportamiento humano lo que hace que el gato se desvíe y sea hostil con sus humanos.
De hecho, los expertos dicen que a diferencia de los perros, los felinos necesitan reglas para adherirse a una personacomo el lugar adecuado para ser acariciado, porque hay partes del cuerpo que al gato no le gusta que le toquen, como la cola y la barriga.
Según los especialistas, los humanos tienden a tocar precisamente estos puntos, irritando así al felino. Además, los investigadores dijeron que quienes viven con un amigo de cuatro patas tienden a privar a este último de su libertad.
¿Cómo? Todo lo que tienes que hacer es abrazar a tu gato un poco más fuerte o agarrarlo de una forma que no le guste. Del estudio se desprende que Las personas mayores son más propensas que otras a tener estas actitudes hacia los felinos.
Por otro lado, la investigación ha demostrado que los gatos tienden a alejarse de las personas pegajosas, pero tienden a acercarse a las personas que no son pegajosas y, especialmente, que acarician las partes del cuerpo que el gato prefiere, como la cara.
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De todos estos datos que surgieron, los investigadores llegaron a la conclusión de que Los gatos aman a los que no los aman. En términos concretos, nuestros amigos peludos aman a quienes dudan en acariciarlos, haciéndolos más libres e independientes, las principales características de un furball.